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Pasados unos meses, cuando la emoción de los primeros días se ha calmado y nuestras parejas empiezan a ser objetivas sobre lo vivido en sus bodas, los entrevistamos para conocer sus primeras impresiones. Saber cómo nos conocieron o cuál es su valoración sobre nuestro trabajo, son datos importantísimos para mejorar nuestro trabajo. Seguro que si estás pensando en celebrar tu boda o cualquier otro evento con nosotros, esta entrevista que les hemos hecho a Laura y Jose, también te resultará muy interesante.

Laura y Jose. 21 de mayo de 2017

¿Cómo conocisteis Finca Montesqueiro?

En una búsqueda por internet, realizamos un listado de diez o doce posibles lugares y la finca estaba en ellos.

¿Cuál fue vuestra primera impresión al venir a nuestra finca?

La mejor definición es la de «amor a primera vista».

Realizamos la visita pensando que la finca era un lugar muy diferente al resto de los que teníamos en el listado. Quizá demasiado moderno y hasta el momento no entraba en lo que estábamos buscando. Habíamos visitado mayoritariamente pazos y empezaba a convencernos alguno. Sin embargo a mitad de la visita en Montesqueiro, nuestro comentario fue: ¡Es imposible decirles que no!. Cada estancia que nos enseñabais era mejor, todo resultaba perfecto.

¿Teníais claro cómo queríais el menú antes de entrevistaros con nosotros?

Más o menos sí, teníamos un menú prácticamente elaborado antes de la prueba y sorprendentemente tras ella cambiamos algunas cosas. Quizá la primera toma de contacto importante para nosotros era la prueba del menú. Fuimos acompañados de nuestros padres para obtener más opiniones, un aspecto importante para nosotros que estuvieran allí.

La degustación es la primera vez que os vemos en acción, para nosotros la cocina era muy importante, es el motor de cualquier lugar que organice bodas.

La degustación fue para nosotros algo novedoso. Los aperitivos fueron toda una sorpresa, sabores diferentes que hicieron difícil la elección de unos u otros. Respecto a los platos es complicado hacer una crítica, salta a simple vista lo estudiado que tenéis todo: presentación, cantidades, combinación de ingredientes…

Una vez elegido el lugar donde celebrar nuestra boda, nos concentramos en las demás cosas que rodean ese día.

Desde el primer momento Lucía y Marcos, nos informaron sobre proveedores con los que Finca Montesqueiro ya acostumbra a trabajar, esto nos facilitó mucho la búsqueda. Cabe destacar la empresa se la ceremonia Marilé Eventos que convirtió el enlace civil en un momento inolvidable, la empresa de decoración Magnolia Concept por su maravilloso trabajo y la empresa encargada de la música Mas Music pusieron la guinda para que todo fuera perfecto.

Resulta complicado pensar que todo salga bien, cuando existen muchas empresas trabajando en una sola cosa. En Montesqueiro existe una simbiosis especial, gracias a la facilidad que ofrecen los conductores del evento. Siempre a disposición tanto de los novios como de las demás empresas contratadas.

Un vez teníamos resuelto el tema del evento, tocaba esperar a que llegara el día.

Llegado el día y respondiendo a la pregunta sobre qué sentimos al llegar a la finca, quizá os sorprende nuestra respuesta (Aunque no conociendo al novio, je, je): sentimos tranquilidad.

A la llegada a la finca se respiraba un ambiente de trabajo sano, todo estaba en su lugar y perfectamente supervisado. Todo estaba en absoluta calma, así que decidí tomarme un café en la terraza de La Suite mientras esperaba. Es una suerte el día de tu boda que sólo tengas que estar pendiente de disfrutar con esa tranquilidad y confianza de que te encuentras en buenas manos.

El mejor recuerdo de ese día, es el primer encuentro entre nosotros. En nuestra imaginación estaba todo perfectamente planificado. La llegada de la novia en un descapotable clásico conducido por el padrino, recibidos ambos por los invitados y mientras el novio esperaba con la madrina en el «altar». Ese primer cruce de miradas sería en un largo paseo, que recorrería la finca por el camino de los Arces, hasta descender al jardín donde se celebraría la ceremonia civil. Sin embargo y como parte de ese gran recuerdo, el clima ese día lo cambió todo. La fina lluvia tan propia de nuestra tierra nos acompañó. El paseo se convirtió en un plan b digno de un cuento de hadas. A día de hoy no sabríamos decidir entre plan A o B, ambos son perfectos.

Durante la ceremonia todo fue según el guión que habíamos establecido con Montesqueiro, Marilé encargada de oficiar y Mas Music. Un guión divertido y muy emotivo. En el que tanto nosotros los protagonistas, como los invitados, disfrutamos del enlace.

Al finalizar la ceremonia y recibir las felicitaciones de los invitados dieron comienzo los aperitivos. Personalmente estábamos deseosos de vivir ese momento y habíamos planificado todo para poder disfrutar al máximo de ellos. Por desgracia pasamos ese tiempo ocupados con el fotógrafo y nos lo perdimos por completo. Sin casi darnos cuenta, el personal de la finca nos avisaba de que debíamos prepararnos para subir al comedor. Momento en el que nos ofrecieron una selección de aperitivos que habían guardado para nosotros. Mientras situaban a nuestros invitados en el Salón Dorado disfrutamos de esos exquisitos manjares.

Tenemos que decir que los aperitivos fueron fantásticos para nuestros invitados, pues se acercaban a comentarnos continuamente lo mucho que habían comido y lo ricos que estaban. Los berberechos al vapor del showcooking, el pulpo, el New York Times con pastel de cabracho, los massini de foie, el pollo teriyaki…fueron quizá los más mencionados.

Escuchar a tus invitados hablar de los aperitivos en corrillos con esa admiración es una auténtica satisfacción y …¡¡aún quedaba la comida!!

Ya en el Salón Dorado, el banquete fue un auténtico lujo. Tanto los entrantes como la carne y el pescado se sirvieron en su punto, algo que sorprendía a nuestra familia y amigos. Los camareros servían los platos en una coreografía casi perfecta. Uno de nuestros invitados se acercó a decirnos lo complicado que debía ser servir 140 platos de lubina y que estuviera en su punto perfecto de temperatura.

Sin lugar a dudas la lubina salvaje fue el plato estrella. Aunque la carne estaba exquisita, a muchos de nuestros invitados ya no les quedaba hueco para tanta comida, algo que había sido comentado por el padre de la novia, y que ese día despejó sus últimas dudas…

Los postres fueron el colofón a una comida espectacular. La última sorpresa fue el café preparado in situ y por decantación, asombró a todos los presentes no solo por su olor sino también por su espléndido sabor.

El baile:

Llegó el momento del baile (tan temido por el novio) porque empezaba la barra libre, je, je. La música fue animando a los invitados, gracias a Mas Music por su buen hacer y se montó un fiestón.

La novia es una «sibarita» de las ginebras y por ello contratamos una barra Premium de ellas. Fue un éxito rotundo y ahora nuestros amigos cuando organizamos algo, nos dicen que si no hay barra Premium no van, je, je.

En todo momento nos dieron facilidades, cada parte duraría lo que nosotros quisiéramos y eso es una gozada. La verdad es una suerte que te dejen ir prorrogando horas a medida que va transcurriendo el baile.

La Suite y despertar en Montesqueiro

Tener la posibilidad de disfrutar de La Suite es un auténtico lujo. El día de la boda te ofrece tranquilidad y comodidad. Personalmente yo decidí vestirme allí (novio), puedes dejar preparado todo el día anterior. Sólo tienes que esperar a que el encargado del «Protocolo» te avise para vestirte, sacar unas fotos y bajar a recibir a tus invitados, mientras esperas la llegada de la novia.

¿Cómo valoras el servicio ofrecido por nuestro personal?

Desde el primer momento te hacen sentir importante, protagonista. Todo el personal es muy atento, sorprenden por su perfecta organización y todos están siempre en el lugar correcto.

La verdad es que mientras escribimos esta entrevista, pensamos sobretodo en preguntas como esta, referentes al personal y nos damos cuenta que para nosotros Montesqueiro son ya parte de nuestra familia: Lucía, Marcos, Cristian…sin ellos nuestro «Beatiful day» no sería posible.

¿Puntuación del 1 al 10?

Tanto nuestros invitados como nosotros estamos de acuerdo en esto: la única puntuación posible es un 11. Como anécdota, uno de nuestros invitados no deja de repetirnos que no vuelve a una boda si no se celebra en Montesqueiro.

Nosotros nos enamoramos de la familia Montesqueiro y gracias a ellos guardamos un recuerdo único y muchas ganas de volver a compartir momentos junto a ellos.

 

Las repuestas publicadas han sido escritas por los novios y no han sufrido ningún tipo de modificación.

Para nuestro equipo, Laura y Jose también son parte de la familia Montesqueiro. Gracias chicos por habernos elegido, por confiar en nosotros y por facilitarnos tanto el trabajo. ¡Os deseamos toda la felicidad del mundo!